Se había levantado con la primera luz del día, había cogido el coche y conducido por una sinuosa carretera durante una hora. Después de aparcar a la entrada de un angosto camino, pudo dar un largo paseo a través del bosque; de repente este se hizo más claro y apareció ante sus ojos una imagen que la dejó extasiada, se encontró ante un riachuelo que discurría tranquilo en medio de los arboles, las hojas habían empezado a adquirir los colores del otoño, marrones, rojizos; pero sobre todo lo que más la impactó fue que de repente se vio invadida por un sentimiento de tranquilidad que la hizo pararse de repente, respirar profundamente y sonreír…
Amalia
Amalia, que bien describes!!!
ResponderEliminarSólo un detalle: en dos líneas consecutivas aparece la palabra "coche", busca decirlo de otro modo...
Escribeeeeeee
Besitos
Hola Susi,
ResponderEliminarPues entre Alberto Vazquez Figueroa e Isabel Allende se reparten las culpas, ja,ja,ja
¡Es verdad! ya esta cambiado. Muchas gracias.
Besos,
Amalia