sábado, 30 de abril de 2011

QUEDA LEJOS LA CRUZADA

La joven lloraba a mares… pero, si había luchado tan heroicamente por ella, ¿Por qué se iba a la guerra?
El  paje la miraba de reojo y seguía vistiendo a su señor. Se alegraba mucho de no ser  escudero y tener que seguirle  por esos mundos y menos ir a una Cruzada. Le gusta su  plácida vida en el castillo.
Nuestro paje es poeta y goza del favor de las damas.
El guerrero sigue impasible, mientras le van colocando las pesadas piezas de su bella armadura.
Le acercan el casco, bruñido y con su rojo penacho. En ese momento levanta la mano, ordenando al paje que espere.
Se dirige a la joven, que sigue haciendo pucheros.

-Señora mía, mi destino y deber de caballero me aleja en este  momento de Vos.¡Rezad y sed fiel a vuestros votos!-

La joven gimotea  bajando  la cabeza, al levantarla se topa con la mirada del paje y se seca las lágrimas.  ¡Realmente queda  muy lejos la cruzada!


2 comentarios:

  1. ¡Muy ingeniosos estos cuentos tuyos! Porque, en mi opinión sí qeu son cuentos, aunque...¡uf! yo qué sé.
    Es admirable esa elocuencia extraordinariamente breve tuya. ¿Digna de admiración!...a ver si también de emulación (lo digo por mí).
    Gracias.

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  2. Quien haya llegado a leer hasta aquí, que pase a las entradas antiguas donde hay otro cuento de Mercedes. ¡Hemos publicado tanto!¡Por fin!

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